martes, 12 de junio de 2012

Cuando era joven y bella

 

Ya hace más de quince años que cumplí mis quince.

No era la mejor época para ser adolescente. Tampoco lo es ahora. La segunda mitad de los noventa. Ya el grunge había acabado. Pero así y todo en nuestro país recordamos ese ritmo tan o más antiguo que el rock; ese ritmo nacido en Jamaica a fines de los cincuenta que tomó como base el skank y del que luego nacerían el rock steady y el reggae.

Muchos grupos surgieron; hoy a la distancia puedo darme cuenta de lo malos que eran la mayoría de ellos, pero eso no importaba en esos momentos y nos pusimos a bailar como no habíamos podido hacerlo nunca antes. Un recuerdo adolescente que permanecerá conmigo.

Para mi total vergüenza y par mi total orgullo, todavía tengo mis cuadernos forrados de cuadros blancos y negros. No sabía que eran en alusión a 2tone. Pero bueno, qué más da. Lo bailado nadie me lo quita.

Cuando era todavía más joven y bella la única canción de ska (aunque yo no sabía que lo era) que conocía era una que mi mamá ponía una y otra vez. Era una favorita de siempre en esas estaciones del recuerdo. A veces cantaba esta canción de esquimales y lollipops haciendo un cover aún más fresa a este fresa cover de las hermanitas Gaos a la canción de Millie Small. Mientras cantaba, solía verme en el espejo y usaba un cepillo como micrófono.


Unos años después; una prima caifanesca ponía insistentemente un disco que decía llamarse El Circo. Muy pocos sabían entonces que La Maldita Vecindad hacía ska. Eran los tiempos del Rock en tu idioma y de Rock 101. A pesar de que nunca tuve ese disco ni ninguno de ese grupo, me acuerdo de esta canción cada vez que alguien menciona los primeros noventa. La edad, supongo. Otros recuerdan al Industrial.



Ya en la secundaria y yo también aficionada al rock mexica (o a eso que le decíamos así; mamucas que resultábamos) le metíamos con enjundia al slam en esas primeras fiestas en donde al final te tenías que formar para que te dieran un poquito de pasta dental antes de ir a casa.




Ya para el segundo año de la prepa (quinto le decían en donde iba) y a mitad de un largo trago de cerveza recuerdo que muchas usábamos pantalones caguengues, patinetas, pelos de colores ridículos; Elmos y demás mamarrachadas. En ese entonces decíamos que ska venía de skating (sic) y que debíamos hacer graffitis callejeros. Cruda moral y buenos recuerdos sacudiendo las lonjas.

De todos los grupos que había entonces a pesar de lo malos que eran, recuerdo buenas tardes dandole duro al pavimento. Escojo esta canción del grupo que aunque nunca fue el más popular, creo que es el más efectivo. Además le ponía algo de jazz de las grandes bandas (recuerdos también de los Cherry Poppin' daddies) que empezaron a educar a mis pasitos con tamaños zapatotes.



No fue sino muchos años después que supe que el ska no tenía que ver con patinetas. Fue hasta entonces que algún mariguano me pasó un cassete (sí, cassete, para que vean que no me cuezo al primer hervor) con esta rola:




Poco después también supe por qué eso de los cuadros negros y blancos. Y con ellos, Madness, los Specials, los Swinging cats y The Selecter. Esa mezcla de ska, lounge y el nerviosismo del punk. Lástima que para entonces ya los ritmos que agitaban las lonjas eran muy otros. De todas maneras era normal que todo pasase así. Hasta el momento nadie me ha podido explicar cómo esa canción de los Doors ("Break on through") fue traducida como "Interpuesto" (break on two) y hasta bautizó a un grupo de rock urbano de esa manera.






La ola gringa de ska; con No doubt y la anoréxica Gwen Stefany nunca llegó a pasarme.En todo caso su mejor grupo era Save Ferris. De plano la generación MTV con muchas luces no era para mí.



Ah, el gordo de Vicentico y los Fabulosos Cadillacs tampoco me gustaron nunca. Pero nada de nada. Debe ser problema mío. O tal vez envidio a quienes pueden competir con mis actuales sobredosis de lípidos. De cualquier manera, en una de esas cuando me pele quiero que digan que estoy dormida y que me traigan aquí. Pero que no me pongan rolas de José Alfredo, sino "Ghost town" de los Specials. Igual y me levanto para seguir el baile.






Titania con zapatos para hacer rechinar la pista


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sobre la forma en la literatura  César A. Cajero Podemos definir en este momento y provisionalmente a la literatura como aquella...