miércoles, 30 de mayo de 2012

 
Cosecha robada.
El secuestro del suministro mundial de alimentos
(Fragmentos)


Las semillas, para el campesino, no constituyen únicamente la fuente de futuras plantas y alimentos: son el lugar en el que se almacenan la cultura y la historia. Las semillas son el primer eslabón de la cadena  alimentaria. Las semillas son el máximo símbolo de la seguridad alimentaria.

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El libre intercambio entre agricultores se extiende más allá del mero intercambio de semillas. Incluye intercambio de ideas y de conocimientos, de cultura y de herencia. Se trata de una acumulación de tradición, de una acumulación de conocimientos sobre cómo trabajar esa semilla. Los agricultores aprenden qué plantas quieren cultivar en el futuro viéndolas crecer en el campo de otros agricultores.

El arroz tiene un significado religioso en la mayor parte del país [India] y es un componente esencial de la mayoría de festivales religiosos. [:..]

Lo primero que se hace con las nuevas semillas es rendirles culto. Sólo entonces se procede a plantarlas. también se les rinde culto a las nuevas cosechas antes de consumirlas. Los festivales que se celebran antes de la siembra, al igual que los festivales de las cosechas, que se celebran en los propios campos, simbolizan la intimidad de las personas con la naturaleza. Para el agricultor, el campo es la madre. Rendirle culto al campo es una señal de gratitud hacia la tierra, la cual, como madre, da alimento a los millones de formas de vida que son hijas suyas.

Pero los nuevos regímenes de derechos de propiedad intelectual, que están siendo universalizados mediante el Acuerdo sobre Derechos de Propiedad Intelectual Relacionada con el Comercio de la OMC, están permitiendo a las grandes compañías usurpar los conocimientos sobre las semillas y monopolizarlos al reclamarlos como su propiedad privada.

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Cuando se introdujeron en la India las políticas de liberalización del comercio en 1991, el secretario de agricultura afirmó que "la seguridad alimentaria no consiste en tener comida en los almacenes, sino dólares en el bolsillo". Se ha argumentado repetidas veces que la seguridad alimentaria no depende de la "autosuficiencia" alimentaria (de que se cultiven alimentos para el consumo local), sino de la "independencia" alimentaria (para comprar tu comida en los mercados internacionales).

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Dado que el Banco Mundial está aconsejando a todos los países que abandonen las políticas de "comida antes de nada" por las de "exportaciones antes de nada", todos estos países acaban compitiendo entre sí y los precios de [los] artículos de lujo se desploman. [...] La consecuencia de todo ello es que las exportaciones aportan menos ingresos y las importaciones cuestan más. Como se le recomienda al tercer mundo que deje de cultivar alimentos y que compre la comida en los mercados internacionales exportando cultivos comerciales, el proceso de globalización conduce a una situación en la que las sociedades agrícolas del Sur se vuelven cada vez más dependientes de las importaciones de alimentos importados.

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[...] Así, compañías como Cargill y Monsanto consideran que tanto el tejido como los ciclos de renovación de la naturaleza suponen un "robo" de su propiedad. Durante el debate que suscitó la entrada de Cargill en la India en 1992, el presidente de Cargill afirmó: "A los agricultores indios les traemos tecnologías inteligente, que impiden que las abejas les usurpen el polen". Durante las negociaciones del Protocolo de Bioseguridad de las Naciones Unidas, Monsanto distribuyó folletos en los que se afdirmaba que "las malas hierbas roban la luz del sol". Una visión del mundo en el que se define a la polinización como "un robo por parte de las abejas" y en la que se afirma que las plantas "roban" la luz del sol, está destinada a robar la cosecha de la naturaleza sustituyendo variedades abiertas y polinizadas por híbridos y semillas estériles, y destruyendo la flora biodiversa con herbicidas como el Roundup de Monsanto.

Ésa no deja de ser una visión del muindo fundamentada en la escasez. Una cosmovisión de la abundancia es la cosmovisión de las mujeres de la India, que dejan comida para las hormigas a la entrada de sus casas, creando para ello incluso las más bellas formas artísticas (kolams, mandalas y rangoli), que confeccionan con harina de arroz. La abundancia es la visión del mundo de las mujeres campesinas que tejen hermosos motivos con arroz para los pájaros y los cuelgan cuando éstos no encuentran grano en los campos. Tal perspectiva de la abundancia reconoce que, si damos comida a otros seres y especies, mantenemos las condiciones de nuestra propia seguridad alimentaria. Es el mismo reconocimiento recogido en el Isho Upanishad, según el cual el universo es una creación del poder supremo para que de él se beneficie (toda) la creación. Cada forma de vida individual debe aprender a disfrutar de esos beneficios cultivando una parte del sistema en estrecha relación con otras especies. [...]

Desde la cosmovisión ecológica, cuando consumimos más de lo que necesitamos o cuando explotamos la naturaleza en base a principios de codicia, estamos cometiendo un robo. Desde la perspectiva, contraria a la vida, de las agroempresas, el que la naturaleza se renueve y se mantenga a sí mismo es un robo. Esa visión del mundo sustituye la abundancia por la escasez, la fertilidad por la esterilidad. Convierte el robo a la naturaleza como un imperativo del mercado y lo oculta tras un cálculo de eficiencia y de productividad.



Vandana Shiva

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