Todos parejos
Un reciente estudio del Inegi descubrió
lo insospechado: en México hay racismo
—No, pero si en México no hay racismo.
—Pero si así lo dijeron en la tele y en el internet.
—No, pero si en México eso no hay, que no y que no.
—Pues si eso dijeron es que algo de razón tienen.
—Oh, que no. No seas pinche indio. Hasta pareces de Tepito.
—Pues me dijo mi primo que sí, que así dijeron y que es algo
de lo que hay que preocuparnos ahora. Antes, no.
—Ni hay ni nunca ha habido. Dile al güero cagado de tu primo
que primero aprenda a leer. Pinche ranchero de
Monterrey.
—Antes no, antes no. Que te digo que ahora así dijeron.
—Puta, los racistas son los pinches gringos; son esos los
putos. Hijos de su pinche madre.
—Allá no hay racismo. O bueno, tal vez sí. Pero allí no investigaron
como aquí.
—Son esos putos. Y los españoles que llegaron a chingar. Manolos hijos de su mamacita...
—Aquí es lo más cabrón, entiende. México es el país más
racista y más corrupto de la historia. Ahora ya lo es. Ya lo dijeron. Antes,
no, porque antes... no.
—Chale, Oaxaco. Que te digo que aquí no hay racismo.
Entiende.
—¿A poco no sabías que ahora existe el racismo y antes no?
Es sistémico, dicen. Así dicen en el internet y en los estudios; así dicen.
—¿Quién dice, a ver?, ¿quién, pinche naco? Debe ser uno de
esos pinches argentinos sudaca que vino a chingar. Por eso los sacaron
de sus pinches países. Nada más para
quitarnos el trabajo.
—Caray, contigo nomás no se puede. Ya dijeron en la tele.
—Mira, prieto. Aquí no hay racismo. ¿Cuándo has visto
que seamos como esos pinches judíos, que nada más chingan a los mexicanos
que les dimos de comer?
—Los mexicanos también somos racistas. Así dijeron en el
INEGI. Yo lo vi.
—Yo lo vi, yo lo vi; pendejo. Ya deja de ver la tele; puras caricaturas y fútbol.
Por eso estamos como estamos, pinches indios.
—Ya, pero esto lo dijeron en las noticias igual. Ve nomás.
—Eso pasa por estar viendo puras caricaturas de esos
pendejos japoneses. Pinches culeros chinos. Por eso tienen que tragar perro y
venirse aquí a vendernos sus chingaderas.
—Pues mira, aquí, aquí lo dicen: ahora somos racistas.
—Antes qué, antes qué. Ese pinche estudio lo hizo algún
pendejo chilango de esos que se sienten los muy cabrones y a la hora se les
frunce. Esos maricones no saben lo que es trabajar.
—En el internet lo dicen también. Mira, aquí está lo que
dicen.
—Ya me cansé. Te voy a explicar por qué aquí no hay racismo.
Ven. vente para acá […]
—Pues está bien, así, pues parece que sí. ¿Pero y lo que
dicen en el Facebook? Está muy sad.
—Deja de hacerte pendejo. Al rato vas a andar chillando
porque tiran los árboles. Ya te dije por qué México no es racista.
—Pues sí, si es cierto; México no es racista.
—Pues claro que no: ¿viste? ¿Entendiste todo? Aquí jalamos
parejo.
—Como en todos lados, como en todos lados…
—¡A güevo! Aquí no existe el racismo.
—No: aquí todos parejo: aquí no existe el racismo.
—No: aquí todos parejo: aquí no existe el racismo.
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