Acto de
contrición
Y perdónenme,
a mí también me duele
América.
Pero qué vamos a hacerle si la
sangre es un río
y en mi sangre también entraron
todas las distancias.
Si yo me digo: cuidado,
entras en el
tiempo
y en la primera letra de la
palabra América
ya está la punta de la lanza
hambrienta de holocaustos.
Me digo: cuidado
porque con cruces
sembraron el Calvario
y esta lengua en la que escribo
me es traición a mis esclavos.
Pero qué voy a hacerle
si mis abuelos me dieron a beber
el humo
y ya no sé hablar.
Carajo,
ni siquiera pienso,
al entrar a un cine o al teatro,
o a mi alcoba desnuda,
en mis antepasados.
Qué voy a decir.
¡Traición, traición!
En mi defensa.
Si mi llanto es por otros
llantos.
Enciendo un cigarro, canto una
oración.
Apago la puerta.
Cierro de luz la llave.
Y, perdónenme,
a veces enciendo el sol,
recorro este sendero.
Y siempre, a veces,
canto.
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