domingo, 29 de septiembre de 2013


Acto de contrición

 

Y perdónenme,
                       a mí también me duele América.

Pero qué vamos a hacerle si la sangre es un río
y en mi sangre también entraron todas las distancias.

Si yo me digo: cuidado,
                                   entras en el tiempo
y en la primera letra de la palabra América
ya está la punta de la lanza hambrienta de holocaustos.

Me digo: cuidado
                      porque con cruces sembraron el Calvario
y esta lengua en la que escribo
me es traición a mis esclavos.

Pero qué voy a hacerle
si mis abuelos me dieron a beber el humo
y ya no sé hablar.

Carajo,

ni siquiera pienso,
al entrar a un cine o al teatro,
o a mi alcoba desnuda,
                  en mis antepasados.

Qué voy a decir.

¡Traición, traición!
 
En mi defensa.

Si mi llanto es por otros llantos.

Enciendo un cigarro, canto una oración.
Apago la puerta.
Cierro de luz la llave.

Y, perdónenme,
a veces enciendo el sol,
recorro este sendero.

Y siempre, a veces,
                                 canto.
 
 
 
César Alain Cajero Sánchez
Noche, verano del 2013.

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